Asúmelo, tú no eres un técnico
Como te iba diciendo quiero que te quede claro si eres empresario o directivo de Self Storage (alquiler de trasteros) o también de cualquier otro sector:
No lo intentes, tú no eres un técnico.
Empecemos por lo primero, os voy a explicar unas de las cosas más claras que se me quedaron grabadas cuando realice mi MBA. Esta es la diferencia entre técnico y directivo:
– Técnico: es aquella persona que cuando se enfrenta a un contratiempo en su trabajo, sigue unas pautas o protocolo ya establecido para resolverlo.
– Directivo: es el encargado de tomar decisiones “no operativas” cuando se enfrenta a un contratiempo en su trabajo. Es decir, que no hay una forma de actuar establecida o una hoja de ruta escrita para afrontar ese problema.
Al analizar estas definiciones me doy cuenta que es mucho más fácil el desarrollo de un trabajo como técnico que como directivo, pues no tienes que tomar decisiones para realizar bien tu trabajo. También considero más aburrido ser técnico que directivo, y sé de lo que hablo puesto que como ingeniero que soy tengo cantidad de antiguos compañeros que son técnicos en empresas de muchos sectores.
Dicho de otra manera: un directivo es el que tiene una visión estratégica y dice “qué hay que hacer”, y un técnico es quien tiene la visión operativa comentada anteriormente y es quien dice “cómo hay que hacerlo”.
El problema surge cuando tú como directivo empiezas a dedicar más tiempo a ver cómo hay que hacer las tareas y dejas de lado lo que realmente hace que tú aportes valor a tu negocio: “¿Qué hay que hacer?”. Este es un problema muy común entre directivos, no priorizas las tareas que son realmente importantes (hablaré al respecto en un futuro post) y terminas la jornada sin haber tenido tiempo para tomar un respiro, sin llamar a tu pareja, sin preguntar por cómo le ha ido el día a tu hija en la guardería, etc; y con la sensación de que has producido muy poco en los temas realmente importantes.
Para que entendáis lo que realmente quiero contar, personalizaré en un caso muy actual mío:
Estos días me encuentro envuelto en la apertura de un nuevo centro de selfstorage que inauguraremos en las próximas semanas. Como os podréis imaginar, tenemos mucho en juego en muchos aspectos: licencia de apertura municipal, licencia de obra, solicitud de VADO al ayuntamiento, estatutos de la comunidad de propietarios, realización obra civil, instalaciones del local, distribución de boxes (trasteros), contratación y formación del personal nuevo, acciones de marketing online y offline par publicitar el nuevo centro, etc. Creo que muchos de vosotros habéis pasado por esto en los últimos años y entendéis como me siento. Resulta que el 80% de mi tiempo estos últimos días ha sido dedicado a “Cómo hacer” en lugar de “Qué hacer”. Y me estoy desfondando en la obra, licencias y VADO a pesar de que tengo a un gran constructor y a un gran ingeniero contratados como técnicos para resolverme estos “Cómo hacer” que tienen mucha más experiencia que yo y son totalmente competentes y “apañaos”. Tan solo el 20% restante lo estoy dedicando a las acciones que necesitan mi “modo directivo” como pueden ser continuar con la expansión, negociación bancaria para ello o la gestión de los otros centros.
Es por ello por lo que creo que es mejor contratar a alguien para que realice las tareas técnicas (incluso aunque tú pudieras desarrollarlas) y tú dedicarte a las tareas estratégicas o directivas, porque “Asúmelo, tú no eres ni te interesa ser un técnico”.